Hablar solo cuando es necesario y la circunstancia lo amerita, su discurso es concreto, sin verbo florido ni figuras retoricas, tampoco gusta de palabras rebuscadas. Es alguien que ya hablaba poco, pero ahora está bien asesorado en decir lo correcto en el momento adecuado. Comandante nos encantaría verlo perdiendo un poquito los papeles.
Tener buenos reflejos, no se desespera en las crisis, los que responden son sus ministros con Siomi Lerner a la cabeza. Los que asumen el protagonismo y dan la cara ante cualquier problema son ellos, son en la jerga castrense sus lugartenientes. Señor Ollanta en algún momento tendrá que ganarle la vanidad, esperemos que no construya un Inca en la Costa Verde.
A deslindar responsabilidades con la gente de su entorno más cercano, a comunicar eso que es muy importante para él, que el presidente es incorruptible, para ponerlo en términos futbolísticos la figura presidencial no se mancha, ni con el pétalo de un Chehade. Se acaba de archivar el caso madre mía, el único tema que realmente ponía muy nervioso al primer mandatario.
A estar un paso adelante de lo que ocurra en ese circo romano de nuestros días llamado congreso de la república, allí actualmente se están librando encarnizadas batallas entre el partido nacionalista y algo que se hace llamar oposición. Ollanta, cual Cesar, observa atentamente cada movida de sus pretorianos. Parece que los “comeoro” y “robacables” no pasaran de una suspensión sin goce de haber.
Tomarse en serio la idea, creo que aun esta en eso, de que Nadine Heredia sea la primera presidenta mujer del país, Total si en Argentina paso el Perú debería estar en onda con los cambios que se están dando.
Todo parece indicar que Ollanta ha aprendido mucho y bien, ojala de niño le hayan enseñado que si haces lo contrario a lo que prometiste puedes salir muy lastimado por aquellos que dijeron creer en ti.
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