martes, 22 de marzo de 2011

Joder o no Joder


Ese dilema de los periodistas
Alguna vez Cesar Hildebrandt me dijo que un periodista para ser bueno tendría que tener “huevos”, lo demás venia por añadidura, por talento y a veces por malicia.
Soy un comunicador que no ejerce el oficio hace más de tres años, y creo que ese alejamiento y las reuniones y conversaciones con buenos amigos periodistas me han llevado a tener esta conclusión: Los periodistas cual “Otelo” en Hamlet se debaten día a día en este gran dilema: Joder o no Joder.
Joder deber ser la máxima esencial de todo periodista, tener huevos para hacerlo es  de lo que hablaba Hildebrandt. Para ello se debe estar consciente que se puede perder el trabajo si escribes una nota que implique al alcalde preferido del dueño del diario, o si haces un reportaje contra la trasnacional que tiene un contrato millonario de publicidad con el canal donde trabajas.
Porque el periodismo creo, se ha inventado para joder, para cuestionar, dudar, rebuscar, meter las narices donde algo huele mal , en suma el oficio sirve para picar cual tábano las estructuras del poder mismo, sacar de debajo de la alfombra la suciedad mas pétrea de los seres humanos.
El titulo de esta columna no pretende ser una clase de deontología periodística, sino un testimonio de alguien a quien alguna vez le dijeron que no podría escribir contra tal persona, llevándolo a buscar oportunidades en otros campos de la comunicación.
Hoy, luego de algunos años fuera del oficio,  esa experiencia, materia prima para este artículo, me permiten tener una opinión clara al respecto. Una opinión, querido lector, que  usted puede compartir o no, pero que si debería tener en cuenta.
Una pregunta que se cae de madura en este tema es: ¿Hasta dónde debemos  joder los periodistas? Me animo a responderla: Hasta donde tu editor te lo permita o hasta donde el dueño te aguante.