sábado, 29 de junio de 2013

¿EXISTE EL PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN EN TRUJILLO?

Si nos ciñéramos a la definición que da Daniel Santoro sobre periodismo de investigación “Búsqueda sistemática de noticias, donde se superan obstáculos de algún poder que quiere mantener oculta la información de interés publico”  deberíamos concluir que este es un oficio escaso, o mejor dicho casi nulo, en el oficio periodístico trujillano.

Si concluimos que la investigación periodística casi casi no existe en el periodismo trujillano tendríamos que preguntarnos porque una ciudad con más de 10 medios formales de comunicación, entre impresos, radiales, de TV, y de internet, excelente periodistas que los hay, y temas muy variados para abordar, no existe una practica de este oficio tan saludable para la democracia y los ciudadanos de un pueblo que ya supera el millón de habitantes.

Quizás estemos siendo injustos al decir simplemente que no se hace periodismo de investigación en Trujillo, cuando lo correcto seria profundizar en las causas de porque creo que no pasa esto, entonces vamos a empezar a mencionar los “porque”: 1.- Porque los medios no tienen el dinero, la logística y el personal necesarios, 2.- Porque los medios tienen intereses que defender, entiéndase la publicidad de los gobiernos locales,  y en mayor medida  del Gobierno Regional y  la Municipalidad Provincial de Trujillo, 3.- Porque hay un temor en los medios al equivocarse en las investigaciones y que la “maquinaria del poder judicial” los exprima hasta la ultima gota,  y 4.- Porque simplemente a los dueños de los medios no les interesa hacer periodismo de investigación en una ciudad donde se ha reelegido 4 veces a un alcalde aprista y 2 veces a un apepista.

Y , para ir en onda con el análisis, vamos a desmontar los “porque”: 1.- Por lo menos la Industria y SOL TV deberían hacer periodismo de investigación, tienen recursos, logística y periodistas competentes, 2.- Acaso Ángel Páez, Gustavo Gorriti o Miguel Gutierrez piensan en la publicidad de sus medios cuando hicieron investigación y del mejor, 3.- Si la investigacion es contundente el poder judicial resulta un aliado más que un obstáculo y 4.- Como periodista empezaría a cuestionarme si realmente estos señores tienen vocación de servicio por querer perpetuarse en el poder o es algo más que los anima a ello.

Recuerdo que hace algunos años el diario La Industria, ponía en sus créditos aquello de “Unidad de Investigación”, actualmente ese crédito ya no adorna sus páginas, pero vaya que una ciudad como Trujillo si merecería ya hace buen tiempo que se practique periodismo de investigacion y no simplemente mirar como se hace desde Lima.

miércoles, 1 de mayo de 2013

Tipología de los egos periodísticos


Empecemos con responder una interrogante, ¿Son egocéntricos los periodistas?, todos los que alguna vez hemos conocido o tenemos amigos periodistas tendríamos que dar un rotundo si a esta atrevida pregunta. Yo, por mi parte creo que todos los periodistas (amigos y conocidos) son algo egocéntricos, pero lo interesante esta en explorar si tienen el ego del tamaño de su personalidad o quizás de la altura del edificio “Empire Estate”. Por ello me he tomado la molestia de hacer una pequeña tipología de los egos periodísticos.

Humberto Ortiz Pajuelo, más conocido como Beto, es el egocéntrico con poder. Él, que ahora es considerado el periodista más influyente según la ultima encuesta de la revista “Poder” despotrica de, su alguna vez admirado, Cesar Hildebrandt diciéndole “que esta acabado para la televisión y publica un semanario donde la mitad del contenido lo escribe el mismo Cesar y lo demás lo baja de internet”. Las mieles que te da el poder pueden lograr que el ego del periodista explote, no en vano en Frecuencia Latina le dicen “El Rey” a Beto, y pobre de quien se meta con su majestad.

Aldo Mariategui, quizás el hombre de prensa más ideologizado del Perú, es el egocéntrico “gentita”, Aldito que representa muy bien a la DBA (Derecha Bruta y Achorada) esta totalmente convencido de que ese es su destino, y lo tiene que cumplir a carta cabal, aunque luego de que los Agois lo hayan echado como un asalariado más y Susana Villarán no fuese revocada se le han bajado un poco los humos.

Rosa Maria Palacios, es la egocéntrica jurídica. Ella, que en sus entrevistas, cuando toca un tema lleno del lenguaje de los juristas, brilla con luz propia y podría dejar pintado hasta al mismísimo Javier Valle Riestra. Eso no estaría mal, además le da un valor agregado al trabajo periodístico, pero su ego se manifiesta cuando siempre indica que es abogada. Querida Rosa Maria eso todo el Perú lo sabe, pero es de mal gusto que siempre lo recuerdes en cámaras sin darte cuenta que no necesariamente por esa carrera gozas de la fama que tienes.

Cesar Hildebrandt Perez Treviño, es el egocéntrico culto. El Chato junto a don Cesar Lévano probablemente sean los periodistas más cultos del Perú, o mejor dicho los dos únicos que quedan. Cesar sabe  usar su cultura  y es un arma feroz para machacar a sus entrevistados y también para diferenciarse de la “Plebe”, porque el chato si que tiene un ego del tamaño de las pirámides de Egipto.

Lo raro de esta corta clasificación es que todos han hecho televisión, quizás esa sea la respuesta para saber de que tamaño es tu ego periodístico querido coleguita.

domingo, 13 de enero de 2013

Pecados intelectuales


Vender libros en el Perú es un acto de fe, es una especie de capitalismo ilustrado donde si podría adorar al dios mercado, pero vender “Un Mundo para Julius” autografiado por Alfredo Bryce Echenique, por el solo hecho que no tenía para comer, es una nueva falta capital, es sencillamente un pecado intelectual.

Este oprobioso insulto a la literatura peruana ocurrió en la universidad quizás por el año 2007, ya que como todo buen estudiante siempre fui misio, y me las arreglaba para “pavear” (dícese de aquellos hambrientos comensales que esperaban el cierre del comedor de la UNT para entrar y devorarse todo lo que encontraban, si es que quedaba algo), casi todos los días al salir de clases.

Los miserables 50 soles que me entrego mi amigo Dany, quien hoy todavía vende libros en la esquina de las avenidas Juan Pablo II y Jesús de Nazaret en Trujillo, me sirvieron para alquilarme un terno para mi primera entrevista de trabajo en una conocida agroindustrial ubicada en el hermoso distrito de Casa Grande, por supuesto que ingrese a trabajar pero jamás recupere el libro.

El otro inmisericorde golpe a la cultura, esta vez periodística, lo realice un año antes es decir el 2006. Un gran periodista trujillano me regalo la primera edición autografiada del libro de entrevistas “Cambio de palabras” de mi admirado Cesar Hildebrandt Perez Treviño, este ejemplar era atesorado cual joya de la corona británica por mi persona, pero al no tener completo el pago del alquiler de mi cuarto tuve que rematarlo en salvadores 40 soles, que impidieron que me botaran literalmente a la calle.

Hoy, para mi tranquilidad o quizás suerte, tanto Cesar como Alfredo siguen vivos, y espero tenerlos al frente más temprano que tarde para pedirles sus autógrafos y dedicatorias en los mismos libros que ahora jamás serán vendidos, pero en realidad esa es la justificación perfecta para poder tomar un café con ellos y conversar sobre mis pecados intelectuales.