Empecemos con responder una
interrogante, ¿Son egocéntricos los periodistas?, todos los que alguna vez
hemos conocido o tenemos amigos periodistas tendríamos que dar un rotundo si a
esta atrevida pregunta. Yo, por mi parte creo que todos los periodistas (amigos
y conocidos) son algo egocéntricos, pero lo interesante esta en explorar si
tienen el ego del tamaño de su personalidad o quizás de la altura del edificio
“Empire Estate”. Por ello me he tomado la molestia de hacer una pequeña
tipología de los egos periodísticos.
Humberto Ortiz Pajuelo, más
conocido como Beto, es el egocéntrico con poder. Él, que ahora es considerado
el periodista más influyente según la ultima encuesta de la revista “Poder”
despotrica de, su alguna vez admirado, Cesar Hildebrandt diciéndole “que esta
acabado para la televisión y publica un semanario donde la mitad del contenido
lo escribe el mismo Cesar y lo demás lo baja de internet”. Las mieles que te da
el poder pueden lograr que el ego del periodista explote, no en vano en
Frecuencia Latina le dicen “El Rey” a Beto, y pobre de quien se meta con su
majestad.
Aldo Mariategui, quizás el
hombre de prensa más ideologizado del Perú, es el egocéntrico “gentita”, Aldito
que representa muy bien a la DBA (Derecha Bruta y Achorada) esta totalmente
convencido de que ese es su destino, y lo tiene que cumplir a carta cabal, aunque
luego de que los Agois lo hayan echado como un asalariado más y Susana Villarán
no fuese revocada se le han bajado un poco los humos.
Rosa Maria Palacios, es la
egocéntrica jurídica. Ella, que en sus entrevistas, cuando toca un tema lleno
del lenguaje de los juristas, brilla con luz propia y podría dejar pintado
hasta al mismísimo Javier Valle Riestra. Eso no estaría mal, además le da un
valor agregado al trabajo periodístico, pero su ego se manifiesta cuando
siempre indica que es abogada. Querida Rosa Maria eso todo el Perú lo sabe,
pero es de mal gusto que siempre lo recuerdes en cámaras sin darte cuenta que
no necesariamente por esa carrera gozas de la fama que tienes.
Cesar Hildebrandt Perez
Treviño, es el egocéntrico culto. El Chato junto a don Cesar Lévano
probablemente sean los periodistas más cultos del Perú, o mejor dicho los dos
únicos que quedan. Cesar sabe usar su
cultura y es un arma feroz para machacar
a sus entrevistados y también para diferenciarse de la “Plebe”, porque el chato
si que tiene un ego del tamaño de las pirámides de Egipto.
Lo raro de esta corta
clasificación es que todos han hecho televisión, quizás esa sea la respuesta
para saber de que tamaño es tu ego periodístico querido coleguita.